Todo se había congelado. Su turno llegó para degustar esa amada realidad fantástica. Probó lo desconocido, y por ser una natural costumbre humana, el miedo a ello vino y lo poseyó. Las conexiones fueron separadas súbitamente, dejando escasas unidades de los millares que había.
[— Do you think you can trust her?
— What?? You don't even know yourself right now, and you're talking about someone else?!
— Oh, I fucking know! But she's been through it, she's the only one who can guide us now.
— Guide? Mmh ... heck, you're probably right. Mmh ... ok, give my consciousness back and I'll do exactly as I'm told.
— Jeez! ... too late.
— Too late??!!! What do you mean 'too late' ?
— You don't know? Bring your memories back, you dummy.
— Memories?? What are you saying? What ... ?
— Damn ... it's all falling apart. WE are falling apart.
— You shut up!!!
— Pfff ... you'd better start listening to her, to anything helpful.
— Wha... what did you just say? D'you say something about memories?
— Damn, I ... guess ... eh ... see ya ...
— But, w... ? Wait! I don't ... shit!! What is this? What's happening? ]
— Tiemblas. Ven, vamos adentro . . .
La presencia incólume se rezagó, se rebajó para ayudarlo momentáneamente. El pavor le provocó un egoísmo superlativo y, enseguida intentó retenerla, aún sabiendo que ella era un cometa orbitando un agujero negro distinto . . .
Una vez que la prisión nómada fue su única imponente compañía, se aferró como pudo a las reminiscencias del tutorial que dejó la guía, a través de la era paleolítica hasta la inalcanzable actualidad, y los siguió, con la misma inseguridad colectiva con la que los cristianos católicos siguen las enseñanzas de los apóstoles, interpretando cada quien con su singular precario albedrío, y al final, muchas veces creando su religión, "subreligión" o "pseudorreligión".
El resultado fue que sus recuerdos eran vislumbrados desde una lejanía fabricada minuciosamente por la condición apabullante a la que estaba sujeto, y que los volvió turbios. Eran ajenos a él, y no le dolían ya que su estado de desesperación, los eclipsaba. Y, en algún rincón de su convertida mente, sintió satisfacción.
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