Iris

No.

No puedo.

No puedo concentrarme!
no mientras estoy siendo acribillado con fiereza;

no cuando voltean y se dirigen con una ansia perturbadora hacia el vacío;

no cuando regreso en el tercamente lento tiempo y miro con los míos el centenar de minutos perdidos en las decenas de miles de huellas;

no porque antes de que ponga de nuevo mi atención en la pantalla, ellos me paralizan;

no ya que aún siendo cubiertos por esa fina tapa de piel ensombrecida artificialmente con un talco hipoalergénico, el efecto cambia, mas nunca decrece.

¿Qué fregados me sucede?



¡Cómo serás asno! si fueras menos nena, ya hubieras quitado de una vez por todas la nobleza de la mochila que cargas a todas partes. O lo que es tan sencillo, ¡¿Por qué madres sigues cargando la mochila?! ¿Por qué culpas y condenas a tus hombros? ... Si no fuera por ti y este puto candor tuyo, la operación nunca tendría que haber sido ejecutada. Y seguramente no habrías deseado  un amanecer  tan distinto al anterior, e invertir unas neuronas. Tú ya sabes que necesitas ayuda; pero te aferras a tu idiotez, dejas las palabras amigas en el camino del conducto auditivo y tal vez, el tímpano; no obstante, la clavija del nervio auditivo está chueca y te niegas en repararla para conectar todas de inmediato.





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Llega la mamá y dice:
"¿Ahora a qué juegas? ¿y como para qué quieres tú solo los dos controles?"
"Ja! es que quiero probar que soy capaz de jugar con dos personajes al mismo tiempo. No será tan difícil."
"¿En serio? ... si hace apenas unos días me dijiste que ese juego requería de toda tu atención para no perder."
"Ay bueno. Sólo es cuestión de estrategia."
"Haz lo que quieras."
Se va la mamá.
[apenas audible] "osh! gracias eh! yo que me sentía ya confiado y me tenías que meter la duda. Esto ... será más ... complicado ... de lo que parecía. . .  ¡Demonios! no hubiera apostado tanto en esto, me costará mucho tiempo.